El bronce es un material duradero, prueba de ello son los vestigios milenarios que conservamos de tiempos pasados.
Pese a la belleza que supone a veces el propio proceso natural de oxidación, es natural que en algunos casos queramos preservar las condiciones originales de la pieza y para ello sea necesario revertir los efectos del paso del tiempo.
En nuestros talleres se llevan a cabo proyectos de restauración para obra pública y privada, utilizando diversos métodos para conseguir traer de vuelta el aspecto de la pieza en el momento de su entrega. Roturas, deterioro estructural o simple desgaste de la pátina son solo algunos de los problemas que podemos resolver con toda confianza.